No sobrevalorar las primeras impresiones, no dejar de sorprenderme de las cosas, ni salir corriendo cuando vayan mal. Pedir ayuda en momentos tristes, compartir sonrisas en días alegres, arrodillarme si nacen dudas. Dar lo mejor de mi, no dejar de preguntar si puedo ayudar. Jamás rotular a la gente, valorar los cambios de las personas. Asumir mis fracasos, aceptar las críticas dolorosas, aprender de mi misma. Elegir con prudencia donde se alojan mis ironías, evitar ser hiriente con los que quiero, no abrumarme por cosas que no valen la pena, dosificar la nostalgia, recordar a quienes amo, Buscar el modo de decir las cosas, sacar las piedras de tropiezo de mi vida y buscar consejos de las personas correctas. Y bueno, no enamorarme de sujetos que se vayan a países con zona horaria distinta por más de 6 horas.
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