Sublime fascinación

Funcionamos bajo lógicas distintas. Resultas incomprensible como los planetas extraños por los que sueles transitar. Intento descifrar las claves de tu sistema y, cuando comienzo a observarte y reviso tus signos, me desconciertas con una nueva sorpresa. El cambio es constante, la expansión imparable, no obstante mi asombro no cesa y sigo entrampada con situaciones en que no sé cómo responder. Esas que al final son las que más te enseñan sobre tu ser infinito. La rutina siempre tuvo una primera vez temida, aunque no siempre se recuerde. Y el cosmos de mis desconciertos va cediendo ante el imperio de la monotonía, aunque de vez en cuando la extrañeza maravilla y se agradece con un éxtasis que la tradición no suele otorgar.