Hoy la costumbre me asusta, me encierra, me hace pensar en la increíble dificultad que precisa el llegar a pasar por cosas que no imagino. Y aunque discursivamente la respuesta siempre sea la misma- y piense que pase lo que pase voy a seguir cantando la canción feliz de cada día- a ratos me asusta bajar de la espalda a quienes arrastraba conmigo. Puede que haya sido un espejismo, y caminasen junto a mi y no a cuestas, sin embargo la conciencia es frágil y la culpa por no poder hacer lo suficiente regresa y abunda. Lo difícil: aunque conozcamos y recordemos el destino y el mapa, a veces ensimismados no vemos la ruta eterna frente a nuestros ojos. Gafas nuevas por favor, que hoy necesito mirar lejos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario